viernes, julio 17

El tachar se va a acabar

No se me había ocurrido que podía haberlo contado aquí, tiene razón Claude, soy poco exhibicionista. Con lo que me costó guardarme el secreto y no gritarlo por megafonía o ir al Diario de Patricia a contar primero mi indignación y después mi triunfo. Aguanté como pude las palabras que se me salían de la boca y sólo yo sé lo que me costó.

Quería que toooooodo el mundo supiera que me había vengado de dos funcionarias de correos.

Y mira que al principio sentía hasta simpatía por ellas a pesar de las innumerables protestas y comentarios negativos que había oído. Lo cierto - y aquí no va ni gota de ironía o exageración- es que fue remodelar la oficina de mi pueblo, traer a estas dos a su cargo y la calidad del servicio empezar a decaer. Fatal, mal trato, retrasos, colas, repartos semanales en lugar de diarios....,un horror.

A pesar de eso, no las odiaba aún. Cualquiera que trabaje de cara al público en general sabe las dosis de paciencia que hacen falta. Hasta que me tocó a mí.
Un día me dedicaron toda su altivez, su mala educación, su chulería, sus malos modales. Da a cualquiera un poder, por mínimo que sea, del tipo abrir o no una puerta y se creerá el dueño del mundo. Como ellas.

Las quise matar, fantaseé con diferentes humillaciones, con una motosierra en el bolso hubiera organizado un jugoso festín. Me duró días, no creas. Me sumé rápidamente a la oleada de quejas, asentí cada vez que alguien protestaba, uní mi 'caso' a sus 'casos', entendí el sentir popular, vamos, que en tiempos más revolucionarios hubieran ido a la guillotina. Y yo tan campante, sorda a las súplicas de perdón.
La venganza me vino sola.
Dejaron en mi casa unas cartas que no eran mías (cosa bastante habitual, por cierto, pero hasta entonces no tenía este tono de gravedad) y, a pesar de que la persona que hace el reparto por esta zona me cae bien, pensé que era el momento.
Eran dos sobres grandotes dirigidos a una tiendecita de chucherías de la esquina donde cotillean sobre lo humano y divino, más sobre lo primero. Era el sitio perfecto.

Devolví las cartas en el buzón de la calle con el siguiente texto escrito en el sobre por la mano verduga de mi bro, mi letra la conocen y siempre son más inquietantes los mensajes anónimos: " Otro error. Los vecinos de esta calle estamos hartos de repartirnos las cartas de casa en casa. NO somos carteros (en fosforito). El servicio de correos en xxx va fatal, empezando por la oficina donde sus encargadas deberían tomar más ALL-BRAN. Me aseguraré de que esta carta llega su destino.La próxima queja será oficial."
Pasaron los días y mi enfadó amainó, al fin y al cabo ser mala cuesta mucho esfuerzo. Seguí siendo feliz, el bienestar habitual, mi vida actual....y me crucé con el destinatario de la carta. Al preguntarle por si había recibido una carta con algo escrito en el sobre me dijo "hace un mes más o menos, me llegó una carta del Banco de Sabadell- era esa- llena de Typex y bla bla..."
"Llena de Typex". Las enemigas públicas número uno la habían leído, las dos, y la habían emborronado con Typex.
Buah, qué gustazo oírlo. No quisieron que más gente lo leyera, quiero pensar que les herí el orgullo, que sintieron vergüenza.
Desde entonces, no sé si será por mis palabras o porque compraron All-Bran, pero la última vez que estuve en la oficina no estuvieron demasiado desagradables, sólo lo justo.
Me gusta haber contribuido al bienestar del pueblo. Ahora sólo me queda conseguir aguantarme las ganas de decirles con media sonrisilla ¿'tenéis Typex, por favor?
Nota: sigo viendo en mi pantalla todo de una manera y se publica de otra. Todo eso si se me ocurre justificar el texto. Help!!!

lunes, julio 13

II BARBACOA ÑAMPA ZAMPA

Siempre que por algún motivo me reúno con blogueras me pasa por la cabeza volver a escribir aquí. El impulso desaparece en menos de un día pero, aún así, entro en mi blog después de meses.

El primer esfuerzo viene al tener que recordar la contraseña que nunca apunté en ningún sitio y tampoco lo haré ahora. Luego la sorpresa llega con los colores, lo recordaba naranja y blanco y ya no lo es, lo volverá a ser en cuanto descubra cómo se hacía ( esta proclamación de voluntad no es mucho de fiar en mí, se me olvida rápido). A ver si de paso aprendo también a justificar los textos que siempre me daba error antes y a encontrar la función esa de tachar una palabra que tan bien queda en vuestros blogs. Y ya si aprendiera a poner links y colgar videos y a enlazaros unas a otras sería...calla, calla que se me hace la boca agua.
Lo que invariablemente no cambia cuando tengo algún impulso como el de ahora de escribir algo en el blog es que me pongo a mirar lo que ya escribí ( 87 entradas, hasta yo me he sorprendido) y, como todo me suena a nuevo, ahí que se me va el tiempo releyendo lo que ya dije. Qué aburrimiento.

Podría hablar de la I BARBACOA ÑAMPA ZAMPA del pasado fin de semana pero no, contar las excelencias de anfitrionas -ejem- y organización os lo dejo a vosotras y ay de aquella que ponga algo negativo, al menos mientras yo aún tenga agujetas de preparar y 'despreparar' . Mentid si es necesario. Ah, y nos encantan los superlativos...

Yo voy a hablar de la II BARBACOA ÑAMPA ZAMPA del año que viene, con nueva ubicación, aire acondicionado, planta calle y neveras funcionando.
Si en la primera lo habéis pasado bien, esperad a que llegue la segunda.
Por el momento todas estáis re-invitadas, nosotras os re-esperaremos y eso sí, ya lo hemos aprendido, se distribuirá la cantidad a traer de comida y bebida porque ya me contaréis qué hacemos con una tonelada de txistorra que nos ha quedado, 200 kilos de queso y la producción entera de todas las bodegas riojanas en nuestra nevera, por no hablar de las miles de Heinekens que esa bala cántabra trajo y no se llevó.
Gracias a todas por venir y por hacer que el resto se sintiera a gusto.

Nota: en la vista previa se ve de una manera y luego se publica de otra así que el resultado final no es del todo mío