jueves, octubre 5

Luz, más luz

Cuando vivía en la casa familiar hay algo de lo que yo nunca me encargaba: cambiar bombillas agotadas por otras nuevas.

Sin embargo, ahora que todo me lo hago yo, tengo la sensación de que cambio un montón de ellas, jamás hubiera pensado que se fundían tanto-o a mí me parece tanto y es lo normal-, incluso las de bajo consumo y larga duración.

Pero después lo pienso y quizá no sea tan descabellado, en cuanto llego a casa enciendo todas las lámparas, de la habitación en la que estoy y de las demás, no para que parezca que no vivo sola (ya que para mí vivir sola es una bendición) sino para que parezca que vivo. Así, a secas.

Y me doy cuenta del poco tiempo que paso en casa y que debería hacer un esfuerzo por pasar más, así, como todo el mundo hace, una tarde en el sofá, regar las plantas, ver películas...lo pienso y me muero del aburrimiento, yo necesito más actividad, no sé hacer eso.Yo vengo de una casa en constante movimiento y la paz que se respira en la mía me gusta para un rato pero eso, un rato. A mí dame gente, dame calle, dame acción.

Muchas veces me angustia no saber vivir la vida pequeña.


( Este post se lo dedico a la amiga más vegetal que tengo, a ver si me enseña a echar raíces sin querer salirme del tiesto ;)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

tu no sabes vivir la vida pequeña, pero es q yo no se nada aparte de teclear y pensar....

kss y gracias

Anónimo dijo...

yo tambien me inclino por lo vegetal...
;)