viernes, septiembre 22

¿En el 92?

Mi hermano, que es como es, se presentó al casting para la segunda edición de Gran Hermano.

Oposición frontal del parentesco sanguíneo, nadie estábamos dispuestos a ir a defenderlo al plató con aquella cuadrilla de ... ( poned el nombre vos). Apoyo entregado del parentesco por emoción, maridos de, novias de, cuñada de, suegros de, amigos de, vecinos de.
Claro, sus apellidos iban a quedar inmaculados en cualquier caso :)

Afortunadamente, no pasó el primer día de casting.
Hoy estábamos recordándolo entre risas y nos ha dicho que le pidieron que hablara durante un minuto de lo que había hecho en el 92.

¿ En el 92?

A mí en el 92 el trabajo me juntó con Toni, recuerdo perfectamente el año porque fue el de la gran granizada, hielo en las calles durante una semana en pleno mes de julio, cómo para olvidar.

Toni. Era ¿es? un chico catalán, arrollador, simpatíquísimo, cariñoso, divertido, espontáneo, con un trabajo alimenticio cualquiera y una gran pasión: el teatro. Gran conversador, lleno de imaginación y un poco loco, alguien lleno de luz. Pasé muy buenos ratos con él en los seis meses que lo traté a diario, casi morimos de sueño.
Disfruté más que más.

Lo mismo que nos unió ( y una parte de voluntad) , nos separó. La última vez que nos vimos ambos nos deseamos suerte mutuamente. Su deseo se cumplió -hasta ahora, cruzo los dedos-, el mío no.

Mi vida ha dado vueltas, la suya volteretas. A mí no me ha tratado mal - que no, que no, que no los descruzo- , a él, ver nacer a su hija mientras su padre moría, le desató algo que llevaba latente dentro, escondido esperando salir. Lo diagnosticaron bipolar.

Cuando me llamó para contármelo lo primero que sentí, lo más instintivo, fue una sensación de alivio, de alivio cobarde, de alivio de supervivencia, como cuando hay un accidente de moto de unos jóvenes de la edad de tus sobrinos y no son ellos, como cuando estallan bombas en Madrid y compruebas que los pocos-cada vez más, ¡hola chicas!- tuyos que por allí respiran, siguen respirando, a esa clase de alivio me refiero. No es un sentimiento de bandera pero es el que tuve.

"Lo peor" me dijo, " no son las temporadas en las que te comerías el mundo de un mordisco, ni las que ni siquiera tienes ganas de lavarte, lo peor es que mi familia o mis amigos ya no me tienen en cuenta ni para la decisión más doméstica, más simple, como si no tuviera opinión."

Qué horror. A la amargura de saberse enfermo se une la de que nadie te escuche. Qué horror.Qué horror otra vez.
Estará muy bien cuidado, muy bien atendido, seguro, pero nadie da importancia a lo que dice ( ...quiero ser mar, sólo consigo espuma...), un monólogo constante disfrazado de diálogo, hablar solo que es mucho peor que no hablar.

No juzgo a su familia, para nada, ha de ser muy difícil convivir con alguien así, pero al pensar en él, todo expresividad, no puedo evitar verlo impotente y triste. Y me muero de la angustia.

Hacía tiempo que no lo recordaba pero a mi hermano, en el casting de Gran Hermano, le preguntaron qué hacía en el 92.

3 comentarios:

flor dijo...

la bipolaridad es una enfermedad complicada pero las hay infinitamente peores..yo tengo amigos que la sufren y bueno, hay que estar pendientes, pero por lo demás son gente estupenda que en sus temporadas buenas son bastante felices... son totalmente capaces de opinar, de saber lo que quieren y lo que no quieren. Yo estoy a punto de terminar educación social y he hecho prácticas con personas con enfermedades mentales y lo primero que hay que tenerles es respeto como a cualquier persona que siente y piensa.
Ains... y su familia pues qué decir...cuánta ignorancia hay en el mundo, madre..
Un besito madrugador wapa!

Anónimo dijo...

Ufff cómo me ha gustdo este post. Yo ne el 92 era una micurriade 10 años que se quería comer el mundo...y odiaba a las barbie...

Muak

Arrierita dijo...

En el 92 yo era una criaja que empezaba a poner a punto su gaydar (más info en mi último post... jiji).

En cuanto a lo de la bipolaridad... Ahora que vivo con una psicóloga puedo afirmar que los psicólogos (aunque confío en que no todos) son las personas con la mente más cuadriculada que conozco así que no hay que hacer mucho caso a ciertos diagnósticos...