jueves, septiembre 7

Cristina o los mil euros

Porque tiene garra acabará destacando sobre el resto pero, mientras tanto, Cristina limpia mi casa.

Es lista, es decidida, es jovencísima, es rumana. Inteligencia no es lo mismo que cultura (aunque van unidas muchas veces) y ella es inteligente, tiene claro lo que quiere y lo acabará consiguiendo. A mí me recuerda mucho a mi madre que también empezó igual, 'sirviendo', a una edad escandalosamente temprana y en unos años mucho más difíciles, más serviles, de derechos inexistentes.


Porque mi familia, antes, era clase baja. Cuando trabajar no era 'realizarse' sino pura necesidad, ninguna madre trabajaba- para otros- salvo la mía, en mi entorno, se entiende. Hoy todas esas madres 'sus labores' admiran los triples saltos mortales que -mi madre sí- se atrevió a dar, pero cómo somos de idiotas los humanos, admiran el resultado pero desprecian el proceso.

Exactamemente igual que con Cristina cuando limpia casas cuyos hijos son de su edad y no la ven como a una igual, porque, no nos engañemos, palabrerías políticamente correctas aparte, seguimos considerando la limpieza de casas como un trabajo menor, no sé por qué, no será tan menor cuando es el primero que nos quitamos de encima en cuanto podemos pagarlo, creo que es por el concepto de 'servidumbre' que lleva asociado, nadie lo queremos para nosotras, ni para nuestras hijas o hermanas, yo misma me tengo que repetir "es sólo un intercambio de recursos, ambas obtenéis lo que queréis, tú la casa limpia y ella el dinero que necesita" para ahuyentar un poco el fantasma, como si casi tuviera vergüenza por mi tranquilidad en metálico (eso que yo llevo curro a las espaldas para contar y no parar), no sé.

Es raro.

Pasar de la generación del trabajo (la de mis padres) a la generación del ocio( la mía, la nuestra) lejos de ser un logro social como se empeñan que creamos, es un éxito rotundo del marketing, te creo una necesidad y luego te la vendo, todos entramos en el juego y, claro, tiene un precio, exactamente mil euros. Los mil euros que cobra tanta gente ( joven en su mayoría) con títulos universitarios y masters en todo lo posible- el mundo está loco, lo sé, pero es lo que hay- que han hincado codos y gastado pasta sin fin, que se han preparado y que ven que la cosa no va a mejor, la tendencia es a trabajar cada vez más y ganar cada vez menos, no hay más que echar un vistazo a nuestro alrededor.

Pero mira, Cristina no gana mil euros, gana bastantes más, haciendo eso que nadie queremos hacer, y acabará como sueña, comprando casa y coche y volverá a su país para allí, por fin, tener una vida mejor -o mejor vista socialmente-, y nosotros, cómodamente instalados en el primer mundo, cambiaremos nuestros criterios de 'prestigio social' , así no será tan importante cuánto dinero ganas sino en qué lo gastas, para poder digerir así este fracaso de funcionamiento en el que elegimos nuestro oficio pero luego no podemos cumplir nuestros sueños.

Mientras yo pienso y escribo sobre esto, ella está unos metros más allá limpiando mi casa y, probablemente, esperando el día en que alguien limpie la suya.


##Este post se lo dedico a la
arrierita porque a pesar de que que yo creo que me ha salido largo, una vez leído los suyos, el mío me parece un haiku. Un beso, guapa ;) ##

4 comentarios:

Anónimo dijo...

jajaja, muy bueno lo del haiku :-)

pues cristina será rumana y etc, pero a mi me supera con lo del los mil euros....

kss

Cuquina dijo...

Este y el anterior, sí que sí!! Vuelve a brillar bon soirée! ;D

Anónimo dijo...

Vaya post más profundo. Yo sin que la niña Arrierita se me enfade, sel o huibera dediciado a la propia Cirstina...que seguro que tiene una historia detrás, para escuchar tomando café...

Un beso

Arrierita dijo...

Uy, uy, pero si últimamente estoy de lo más comedida con mis post... ;-p

Besetes