miércoles, noviembre 22

Pole position

Durante los seis años que lo traté a diario, mi impresión sobre él no hizo sino mejorar. Hoy, después de dos sin verlo, por primera vez, y gracias a un retraso casual, hemos cenado juntos.

Siempre creí que su mujer era una tipa con suerte al haberlo enamorado, siempre creí que él era un tipo con mala suerte por lo mismo.

(Nunca dije nada, claro, cada vida tiene dueñ@ y se gestiona al gusto.)

Era imposible que alguien tan caprichosa,vaga ( un día hablaré del terror que me dan), mal criada, inmadura, egocéntrica y lánguida ( argrrrr... cómo las odio) fuera capaz de hacerlo feliz. Imposible del todo. Tan imposible como que él la hiciera feliz a ella, la gente así jamás tiene bastante, nunca para de exigir.

Así que no debería haberme sorprendido tanto de esa ruptura cuando me la ha contado, pero tanto tiempo sin pensar en alguien hace que cuando, de repente, reparas en él, tu pensamiento vuelva al punto mismo en el que empezaste a olvidarlo, es decir, completamente entregado a su mujer y a su niña preciosa.

Somos un país moderno para las uniones entre personas pero aun somos unos cenutrios para las desuniones de esas mismas personas, así que cualquier ruptura, lejos de ser una separación civilizada ' hasta aquí llegamos juntos, estuvo bien mientras duró, buena suerte en lo que te queda' , cualquier ruptura decía, rompe y rompe y rompe, no hace otra cosa que romper, convirtiendo los pedazos en munición para luego hacer un fuego cruzado, sálvese quién pueda. No hace falta que entre en detalles, seguro que conocéis algún caso.

Casi siempre, también, acaba uno más triste que otro.
Ignoro qué porcentaje de hombres( no, no son todos) sería capaz de atender a un hijo como una madre - una madre que atienda bien a sus hijos, que de todo hay- , lo que sé es que Alberto entraría en esa estadística en la pole position.

Por eso la ley general es a veces muy injusta, porque cuando hay niños, a priori favorece siempre a la madre frente al padre, eso es así, en otras -muchas- ocasiones las mujeres están en peor posición pero en ésta no, y Alberto no tiene forma de demostrar lo que a la madre de su hija se le supone. No puede hacer nada.

Así que cuenta con una mezcla de alegría y pena que ve a su hija un fin de semana sí y uno no, que dicho así no suena mal del todo, de cuatro fines de semana la tiene dos, parece un 50% , pero no tienes más que cambiar de unidad de medida y pensar que de treinta días al mes, la ve cuatro. Y entonces...¡¡jodo!!.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Uffff! es el segundo anuncio de ruptura que recibo hoy...y por lo que te leo, igual de duro que todas las separaciones...

Lo de los hijos...qué mal distribuido!! hay padres que son mejores madres que sus propias madres, hay padres que no se merecen a sus hijos ni dos días al año...

Al menos tu amigo ha visto la realidad, no??

Un abrazo

tartarugueta dijo...

es muy injusto q est'e tan mal repartido. me parece mal que los padres lo tengan tan dificil. hay una peli super buena, kramer contra kramer, q trata el tema. me encant'o..

Anónimo dijo...

Ya... Es que nadie se libra de los prejuicios

Anónimo dijo...

Es muy injusto, los padres siempre salen perjudicados y por ende también los niños, tienen tanta de necesidad de estar con su padre como con la madre, más aún si es tan buen papi.
Besos.